Los rayos X dentales (también llamados radiografías) son una parte importante del tratamiento dental porque pueden detectar daños en los dientes y las encías que no son evidentes durante un examen visual de rutina.
Por ejemplo, las radiografías pueden mostrar la condición de tus dientes, sus raíces, el posicionamiento de la mandíbula y la composición general de los huesos de tu cara. Las radiografías pueden ayudar a tu dentista a determinar la presencia o el grado de enfermedad periodontal (en las encías), caries, abscesos y varios bultos, como quistes y tumores. Las radiografías también pueden mostrar la ubicación exacta de dientes traumatizados y de los dientes que aún no se han desarrollado completamente. Detectar y tratar problemas dentales en una etapa temprana puede ahorrar tiempo, dinero y molestias innecesarias. Si tienes un tumor escondido, la radiografía puede ayudarte a salvar tu vida.